Trabajar con ingredientes de primera calidad es una de las máximas del Tío de las Papas. Con ello conseguimos que a los consumidores lleguen “simplemente papas fritas” elaboradas con la mejor de las garantías. Y si en una entrada anterior ya os hablamos de por qué usamos aceite de girasol alto oleíco ahora nos centramos en otra de nuestras materias primas fundamentales: la patata.
De este tubérculo hay multitud de variedades en la producción agrícola, pero no todas son aptas para la fritura de patatas chips, para esta industria existen las variedades: Lady Amarilla, Agria, Hermes… En nuestro caso, ¿por qué utilizamos la variedad Agria? Porque dentro de las adecuadas para freír, aunque presenta más problemas a la hora de trabajarla por su sensibilidad a los cambios de temperatura, su adaptación a los diferentes tipos de terreno donde haya sido cultivada… sin embargo tiene para nosotros a su favor que una vez frita, tiene mejor textura, más crujiente, mejor color y mucho más sabor, por eso sacrificamos producción por calidad. Así nuestros clientes quedan más satisfechos.
Como nos gusta extremar la calidad, en nuestras instalaciones del Tío de las Papas empleamos patatas frescas desde que comienza la temporada en mayo-junio.
Conocida la variedad y las fechas de recolección, quedaría la procedencia. En este caso, casi como cuando se dice de un premio de la lotería: repartida por buena parte del país. Las primeras patatas que se recolectan llegan de la provincia de Sevilla -la principal productora de Andalucía-, de tierras que no son muy lejanas a nuestra fábrica de Sierra de Yeguas. Pero también compramos patatas procedentes de la Región de Murcia -de localidades como Cartagena-, que es la siguiente región de España que comienza su recolección, continuando a tierras del centro y norte del país. Es decir: producto nacional 100%.