Dice el refrán que “del cerdo se aprovecha todo, hasta los andares”. Pues esa vieja máxima también se puede aplicar hoy en día a la aceituna, ya que los huesos y la pulpa sobrante de la molienda se emplean en la actualidad como combustible energético. Es la denominada biomasa.
Ahora, elementos vegetales y restos de materia orgánica que anteriormente se desechaban se compactan para crear un recurso que sirve para generar calor a través de su combustión. Ya sea en estufas de negocios o particulares o para alimentar calderas industriales como las que usamos en el Tío de las Papas, para calentar el aceite de girasol alto oleico hasta la temperatura óptima donde freímos las patatas fritas.
Este tipo de combustible consigue generar energía de una forma más limpia y lo más importante es el hecho de que se favorece una economía más sostenible, al aprovechar mejor los recursos, y mostrar un mayor respeto por el medio ambiente.
Desde 2016, en el Tío de las Papas apostamos por el uso de los huesos de aceituna como biomasa. Fue tras unas conversaciones con un grupo de jóvenes especializados en este tipo de combustibles y los estudios que realizaron durante varios meses haciendo pruebas con una freidora.
La pruebas fueron muy positivas, demostrando que los quemadores podían mantener una temperatura estable. De esta manera no mermaba la calidad del aceite y, por lo tanto, de los productos que elaboramos, y además conseguimos ser una empresa menos contaminante.